
Para ahorrar energía, los acristalamientos de aislamiento térmico reforzado se han convertido en una parte del estándar mínimo. En invierno este acristalamiento mejora el grado de confort minimizando el fenómeno de la pared fría y protege la calidad de la estructura reduciendo la condensación interna. El acristalamiento aislante térmico reforzado puede aportar además prestaciones de protección solar, reduciendo los aportes solares y permitiendo la entrada de iluminación natural.
El uso de vidrio que combine aislamiento térmico y protección solar es clave para reducir el sobrecalentamiento. Las fachadas, ventanas e invernaderos, por su gran superficie acristalada, reciben una enorme cantidad de luz natural y energía solar. Por lo tanto, es importante garantizar un control solar apropiado para limitar el sobrecalentamiento y la exposición de la cubierta a los rayos solares.
No obstante, la elección del vidrio adecuado con aislamiento térmico y solar dependerá de varios criterios, como la orientación de la fachada y la zona climática del edificio.
Por ejemplo, puede elegirse el acristalamiento con reducido control solar para fachadas con baja exposición al sol (orientación norte), o si el edificio se encuentra en una zona climática fría.
Por otro lado, para las orientaciones sur, este y oeste, especialmente en regiones donde hay gran exposición solar, se recomienda utilizar vidrio con alto control solar, de nuestra gama SGG COOL-LITE.
Siempre que existan diferencias de temperatura entre superficies, se producirá un intercambio energético entre zona más caliente a la más fría. Esto sucede en todas las superficies. Sin embargo, una superficie acristalada es especial porque también es transparente a la radicación solar, por lo que se realiza un aporte energético gratuito.
Si opta por vidrio con aislamiento térmico, reducirá la pérdida de energía de su vivienda u oficina entre un 50 % y 80 %
Las soluciones de vidrio de Saint-Gobain para han mejorado de forma significativa las propiedades aislantes de ventanas, invernaderos y fachadas. Por definición, estas soluciones de vidrio contribuyen a mejorar la eficiencia energética de edificios, al ofrecer un equilibrio positivo de la energía a la envolvente del edificio, así como al reducir las necesidades de iluminación artificial. De hecho, muchas simulaciones térmicas y energéticas sugieren que, en la mayoría de los climas europeos y en la mayoría de los tipos de edificios, debe aumentarse el promedio de superficie acristalada con respecto al opaco.