Oficinas Entegra en Barcelona (España)
Oficinas Entrega
Un edificio con una innovadora fachada de madera carbonizada que fomenta la relación con elementos naturales en el entorno de trabajo y la movilidad sostenible de sus usuarios.
Un edificio de oficinas de consumo casi cero que fomenta la movilidad sostenible de sus usuarios y la relación con elementos naturales en el entorno de trabajo. Gracias a su fachada de madera carbonizada que reduce la huella de carbono del edificio y una serie de medidas pasivas que disminuyen su demanda energética, el proyecto obtiene la certificación LEED Gold.
El edificio se sitúa en un chaflán del distrito tecnológico, reconociendo la esquina característica de la trama de Cerdà. Su parcela forma parte de un planeamiento realizado por batlleiroig en 2008: la ordenación de las manzanas Can Tiana y Fàbrica Pons, en las que el estudio ya ha proyectado varios edificios como la sede de la CMT, el Hotel SB Glow o las oficinas Luxa.
El programa se resuelve con una planta baja pública y diáfana en contacto con los espacios libres de la manzana y ocho plantas de oficinas en las que la disposición del núcleo estructural en la medianera permite unos espacios de trabajo abiertos, flexibles y adaptables a cualquier empresa.
En una fuerte apuesta por la innovación, el edificio cuenta con una fachada de madera carbonizada siguiendo el método Yakisugi, una técnica tradicional japonesa de más de trescientos años adaptada a los más estrictos requerimientos actuales. Consiste en la quema de la capa externa de la madera, de forma que se asegura la protección frente a la humedad, la radiación solar y el ataque de insectos.
Gracias a esta elección, se reduce considerablemente la huella de carbono del edificio y se resuelve la fachada del edificio con un sistema natural de alta durabilidad y que cuenta con un muy bajo mantenimiento.
La fachada juega con los vuelos de los forjados, proporcionando una protección frente a la radiación solar y reduciendo su demanda energética. Con el mismo objetivo, se estudió el porcentaje óptimo entre vidrio y macizo en cada fachada, alcanzando un equilibro óptimo entre el aprovechamiento de la iluminación natural y el control de la radiación solar, es decir, entre el confort de los usuarios y la eficiencia energética del edificio. Además, se han hecho diferentes agrupaciones de las densidades por plantas de tal modo que se da un movimiento a la fachada entre los vuelos horizontales que marcan los cantos de forjado.